Valdano un tornillo en la ceja. Gallego un castañazo (y no es un símil). Naranjas en el Bernabeu y en Sarriá. ¡¡¡ Un cuchillo en el Sanzhez Pujuán !!!. . Un monedazo en Mestalla. Hasta un árbitro agredido con el banderín del córner. El historial es largo, una rayo que no cesa. Pero de todas, la historia que más me gusta es la de la cabeza de cochinillo del Camp Nou. Es que hay que ser berruga para llevarse una cabeza de cochinillo a un campo, ya hay que darse importancia pensando en que va a ser el rey de la fiesta, eh, que yo fui el de la idea del cochinillo. En todos los casos el campo fue cerrado. Bueno, no en todos los casos, el Camp Nou nunca cerró (el por qué que lo busquen en otro blog). Vaya hombre, se diría el cochinero cachondo, con lo que me costó meter la cabeza va ahora y no me cierran el campo, el año que viene tiro el cerdo entero.
El campo del Betis seguro que, al no ser el del Barsa (y que se rasgue las vestiduras el que le de la gana) se cerrará también. Pero ¿eso basta?. Si el tornillo del que hablo fue en 1986 y estamos en el 2007 ¿ha funcionado?. ¿No habrá que ir pensando en otras medidas?. Valientes, además, porque me he enterado de que están previstas, lo que ocurre es que nunca se aplican. Tal vez si el Betis bajara a segunda división, el año que viene, cuando el gracioso saque la botella se encuentre con el brazo de su compañero de asiento que le sujeta, eso, se lo tiras a tu santa madre, majete, y yo que lo vea. Y si no, al menos que ese tipo no pueda jamás participar en una competición deportiva oficial. Oiga ¿usted no tiró una botella a un campo hace cuatro años?, pues no puede participar en el campeonato de petanca, lo siento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario