Ya se va pasando la resaca del Alteli-Madrid. Y según se aleja en el tiempo, a los atléticos, pasada la rabia, se les va quedando cara de tontos. Una oportunidad que pasará pocas veces este año de destrozar a un rival anímico. Esa es la grandeza de este deporte, que castiga a los mediocres, y eso es lo que le pasó al equipo colchonero. Que sí, que el árbitro les destrozó un gol, pero me suena a historia vieja, a esa selección contra Corea...una historia vieja. Un equipo que demuestra su superioridad marcando goles. Si el Atleti hubiera marcado cinco, como la lógica del primer partido invitaba(que viendo los resúmenes- la euforia del directo subjetiva al máximo el recuerdo- es imcomprensible el 1-0 de la primera parte) ahora estaríamos hablando de la contundencia del 4-1 (contando con uno anulado). Pero como solo marcó uno, otro anulado es un drama.
Claro, que en la jornada ocurrieron otras cosas. El Sevilla, que tiene vértigo. No es que el Getafe sea mal equipo, pero que el Madrid o el Barsa empaten allí, veremos los titulares. Para ganar una liga hay que estar dispuesto a ganar en cualquier campo. Y a hacerlo siempre, y el Sevilla parece que va a trompicones. Puede parecer excesiva la crítica teniendo en cuenta que está a dos puntos del líder, pero si se quiere ser un grande, hay que comportarse como tal. El Barcelona, por su parte, despachó con soltura a un Bilbao que da la impresión tendrá que sacar las garras la última jornada para salvarse del avismo. Volvió Eto´o, y eso, le duela a quien le duela, es bueno para el fútbol. El Valencia también perdió dos puntos (y en el último minuto) y perdió de igual modo una oportunidad para diferenciarse de la mediocridad de lo que le va quedando por debajo, incluso inmediatamente debajo: Madrid y Atleti.
Por la parte del descenso parece que este no va a ser un buen año para las autonomías con pretensiones independentistas (en lo deportivo, eh). Ni Euskadi ni el representante segundón de Cataluña parecen tener su año. Lo del Nastic entra en lo previsible, pero lo del Bilbao...bueno, lo del Bilbao también. Si alguien no se adapta a los tiempos se queda fuera de juego, y era cosa de tiempo que el Bilbao lo hiciera, con su política retrógrada y nacionalista. Ahora, que la Real Sociedad no la práctica y ahí sigue, en la pomada, pero del descenso. En esa caverna parece adentrarse cada día con más rapidez el Celta. Que combina los miércoles europeos con la desgracia dominguera y liguera. Otro caso de doctor Jeckil y mister Hide.
El resto es lo de siempre, esa piara de equipos que se quedarán en el limbo de la media tabla y que tendrán que buscar en pequeñas batallas, como ganarle a un grande en su campo, el alimento que el ego de todo deportista necesita.
Y poco más que decir, salvo que el peor Madrid en décadas salió vivo del Calderón, un año más, y esta vez nadie entiende por qué, ¿o usted sí, señor Daudén?